domingo, 21 de marzo de 2010

32 ---> Rico, rico, rico...


Si existe una ciudad donde es posible encontrar tanto alta cocina como un puesto de perritos calientes esa es Nueva York. La variedad de restaurantes es tan amplia como la variedad de gentes que recorren sus calles. Puedes degustar por ejemplo un sandwich Woody Allen (como el de la imagen) en el Carnegie Deli. Hamburguesas en sus típicos restaurantes de "grasa al por mayor". También puedes inflarte a gambas en el Bubba Gump. Morder deliciosos perritos calientes en plena calle. Saborear crujientes pizzas en el barrio Little Italy. Comerte un arroz tres delicias en Chinatown. Irte a Central Park con tu propio picnic y sentarte tranquilamente en una mesa. Hay tantas opciones que será dificil irse de allí sin haber probado algo realmente bueno. Ya os contaremos mi estómago y yo cómo es la comida de la gran manzana. Bon apetit!

33 ---> Tengo un tractor taxi amarillo...


¿Quién dijo que el amarillo da mala suerte? Pues en Nueva York los taxistas deben estar vacunados contra ella porque son uno de los símbolos de la ciudad. Y sí, sólo los amarillos son los que tienen licencia, con lo que hay que tener ojo con el resto. Curiosamente puede parecer que taxi es la palabra indicada para referirnos a ellos en EEUU pero es más común llamarlos "cab". Otra curiosidad, aunque ésta es común a muchos otros servicios, es que normalmente se incluye la propina o "tip" dentro del precio del trayecto. Suele estar entre el 10% y el 25%, dependiendo de las ganas que se tengan de despilfarrar dinero o de lo simpático que haya estado el conductor (también influirá en su capacidad de tangar a la gente inocente que se sube en ellos imagino, jeje). En definitiva, existen muchas formas de desplazarse en Nueva York pero ninguna tan colorista ni tan auténtica como en un "yellow cab".